No podemos empezar la historia de Topusko aquí y ahora, es una historia más antigua de lo que muchos cuentan, una historia cuya trama aún no hemos conocido. Nos acercaremos a la historia reservando un apartamento, una habitación o una casa de vacaciones en Topusko, en algún lugar de la unión de las regiones de Banija y Kordun, en el frondoso corazón del denso bosque, interrumpido por claros, arroyos y manantiales. Topusko se llamaba Ad fines en la época romana, que significa Al final del viaje, y como sabemos, cada final es también un comienzo, así que tal vez haya un nuevo comienzo esperándonos aquí mismo, el comienzo con el que soñamos. Podemos empezar a explorar Topusko en piscinas de agua termal donde el agua nunca baja de los 27 grados, incluso en pleno invierno. No estaremos solos allí, las bacterias sulfurosas y las algas filamentosas verdeazuladas nos harán compañía. El agua que brota en Topusko está a 90 grados en la misma fuente y produce algas que hibernan si la temperatura desciende por debajo de los 35 grados, y reviven de nuevo a 60 grados. Estas algas se remontan a una época en la que la vida en la Tierra solo florecía en el agua, y hoy en día solo se pueden encontrar, excepto en Topusko, en Yellowstone, Japón y Kamchatka. Una de las leyendas de Topusko afirma que el Santo Grial está hundido aquí, de ahí el poder mágico del agua de Topusko. La magia está presente en Topusko en todas partes, incluso en la amable hospitalidad de la ciudad, que cuenta con poco más de 700 habitantes. El municipio de Topusko tiene algo más de 3000 almas con los pueblos de los alrededores, y un área de 198,3 metros cuadrados está habitada por exuberantes comunidades de plantas y una apacible vida silvestre. El agua termal de Topusko se considera la más curativa de Europa en la actualidad. La modernización de las instalaciones turísticas y sanitarias aún no ha llegado al final del camino en Topusko, así que visite este lugar mientras aún conserva su singularidad y accesibilidad para todos.
