Dicen que la gente de Jelsa nace y muere con una cruz. Procesión Jelsa es una ceremonia religiosa tradicional de celebración de la Pascua y es de gran importancia para la isla y la población de Hvar. Es un ritual cristiano específico y único que representa la identidad religiosa y cultural de esta parte de Hvar. Se desarrolló en un periodo de gran agitación social, justo antes de la rebelión de los campesinos de Hvar en el siglo XVI. Hay varias historias sobre cómo surgió esta procesión. La primera dice que fue una señal de arrepentimiento después de que una pequeña cruz de la ciudad de Hvar goteara sangre. La segunda narra cómo surgió la procesión después de que los lugares centrales de la isla fueran separados de las autoridades eclesiásticas de toda la isla de Hvar. En cualquier caso, la procesión es la expresión de devoción y sumisión para los isleños, y es un gran honor ser su portador de la cruz. La especialidad de la procesión está en su ritual ceremonial que no le dejará indiferente.
Se celebra la gran noche del jueves y une los seis destinos de la isla: Jelsa, Pitve, Vrisnik, Svirče, Vrbanj y Vrboska. La procesión comienza siempre a las 22 h, y tarda 8 horas en recorrer la distancia de unos 25 kilómetros. Al frente de cada procesión hay un portador de cruz especialmente elegido que lleva una pesada cruz de 18 kg cubierta con un velo negro. Los portadores de la cruz van vestidos con túnicas blancas. La escolta elegida de creyentes y peregrinos camina detrás de ellos, igualmente vestidos con trajes de hermanos, y la cola se detiene en las iglesias de cada uno de los destinos antes mencionados. Hay un movimiento específico de personas que caminan en el sentido de las agujas del reloj, con la intención de que las cruces nunca se encuentren en ese largo recorrido. La procesión se llama «Za križen» y representa un fenómeno cultural que conecta y reúne a todas las generaciones, y ha seguido siendo el centro de los acontecimientos de la isla a lo largo de los siglos.
En 2009 se incluyó en la lista del patrimonio inmaterial protegido de la UNESCO y es uno de los 13 fenómenos de la cultura croata. Planifique sus vacaciones en esta época del año y alquile alojamiento en Jelsa o en cualquier otro lugar de Hvar para experimentar la belleza de la sencillez del estilo de vida de la isla y de sus isleños, acostumbrados a vivir con poco, pero dignamente.
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