Jardín Botánico en Zagreb

Jardín Botánico de Zagreb fue fundado en 1889 cuando el profesor botánico Antun Heinz hizo un plano después de viajar por Europa y visitar los jardines botánicos con el jardinero Viteslav Durhanek. El jardín botánico europeo más antiguo está en Pisa, fundado en 1543, y los demás jardines datan de los siglos XVI y XVII, donde se cultivaban sobre todo hierbas medicinales. Sólo más tarde se empezaron a cultivar y estudiar otras plantas. El jardín botánico es una institución donde se cultiva, documenta y estudia la hierba. El jardín botánico es, además, una especie de museo al aire libre, y las exposiciones del museo están vivas y la tarea de cada visitante es respetar esa vida, así como las normas de conducta en el Jardín Botánico. Si alquila un apartamento, habitación o casa de vacaciones en Zagreb, encontrará este oasis de paz en pleno centro de la ciudad, a poco más de un kilómetro a pie de la plaza principal. La entrada al Jardín Botánico es gratuita y su horario de apertura es de 9 a 14 h los lunes y martes, y de 9 a 19 los demás días, desde principios de primavera hasta finales de otoño. El Jardín Botánico, como todos los parques de Zagreb de la misma época, está decorado en estilo romántico inglés y cuenta con más de 5.000 especies vegetales, de las cuales varios centenares son endémicas y están en peligro de extinción. La posición del Jardín en el centro de la ciudad estaba condicionada por una pequeña superficie de sólo 4,5 hectáreas, por lo que la forma de plantar se adaptó a las dimensiones del Jardín. Su tamaño permite contemplar un gran número de especies en poco tiempo, de paso o en breves descansos entre tareas y planes en el centro de la ciudad. El Jardín Botánico está protegido como monumento de la arquitectura de parques y es la 3ª atracción más visitada de la principal ciudad croata. El pabellón de exposiciones del Jardín Botánico acoge con frecuencia talleres y exposiciones de plantas, y aquí se encuentran a menudo los plantones para nuestro hogar. El Jardín Botánico es la excusa perfecta para escapar de la multitud de la ciudad a los brazos de una flora fragante bajo la sombra de árboles cuidadosamente cuidados.