La antigua carretera Via Flavia, que desciende desde Buje hacia Pula, cruza el valle del río Mirna cerca de Grožnjan en un lugar conocido como Ponte Porton. Este lugar fue durante siglos un puerto donde los habitantes de los lugares cercanos intercambiaban mercancías. Durante el Imperio Romano, el río Mirna era completamente navegable hasta Ponte Porton, mientras que hoy en día sólo los barcos con fondo plano pueden navegar por aquí.
El valle del río Mirna, además de la excepcional belleza de la naturaleza, también esconde la iglesia de la Madre de Dios de Baštije. En aquella época, la iglesia era el destino religioso más importante para los marineros y la población de los alrededores, que solían venir aquí en las procesiones, y se celebraban muchas bodas. La iglesia fue restaurada en 1999. El Valle de Mirna es hoy un destino favorito de excursiones familiares para los habitantes de Grožnjan, así como para sus numerosos huéspedes que han encontrado alojamiento en Grožnjan y buscan deleitarse en la naturaleza prístina de la verde península de Istria.
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